domingo, 30 de marzo de 2014

'Eres preciosamente triste'

Y así me dejó, como siempre. 
Sin pareja en pleno baile de salón. 
Sin salvavidas en aquella tempestad.
Sin zapatos descalza sobre las brasas.

Y no le importó, como siempre.
Se marchó como las hojas verdes en otoño.
Se escondió como un búho durante el día.
Se perdió como un globo en el cielo.

Aunque a veces volvía, como siempre.
Para desarmarme en mitad de una guerra.
Para desnudarme en cualquier lugar del Ártico.
Para deshacerme como terrón de azúcar en un té.

Pero jamás para quedarse, como siempre.
Quedarse era atarse a mi necesidad de ser libre.
Quedarse era obligarse a moverse según mi aire.
Quedarse era ahogarse en eso de querer quererme.

Y así se repitió la historia, como siempre.
Con sus idas y venidas.
Con sus musas repartidas.
Con sus ganas de olvidarme.

Ni por todo el té de china..

Tiene un lunar que me distrae sin importar lo que esté haciendo; 
ahí, justo en medio de la mejilla, 
por allá donde paso el pulgar cuando trato de memorizar los límites, ángulos y vértices que forman su cara.
Tiene dos brazos de esos que abrazan como si más allá de mí, no hubiera nada; 
como si fuera a huir y no me dejara; 
como si yo pudiera, como si yo quisiera huir, qué gracia. 
Y sus manos; joder, 
cualquiera en su sano juicio querría perderse al pasear entre sus preciosos dedos infinitos, 
que por si lo anterior no fuera suficiente, 
encajan a la perfección al chocarse contra los míos. 
También su cuello, 
que mide lo mismo que tarda mi lengua en perder la saliva al recorrerlo. 
Y si nada de esto consiguiera convenceros, 
entonces -y solo entonces- 
mencionaría eso de cuando medio sonríe; 
que he fundado mi república independiente en las comisuras de las semi-sonrisas que emite 
en esas décimas de segundo que gasto cuando le estoy besando, 
porque entre beso y beso, 
justo entonces mueve los labios. 
Qué más contaros, si siempre es aquello que necesito; 
y lo que más me gusta de él, es que de todo lo que es, aún sigue siendo mi mejor amigo. 
Hasta cuando se enfada, 
que su boca se transforma y sus ojos pierden la capacidad de mirar directamente a los míos, 
aunque le estén esperando a medio camino. 
Así que cualquier día de estos que decide pilotar el avión de mi espalda, 
igual desaparezco porque me he subido al vuelo dirección lugar que él mismo traza; 
mientras me acaricia a mí o a las cinco cuerdas de esa triste guitarra. 
Y eso es todo por hoy, 
que hoy ha terminado lloviendo -y no me refiero al otro lado de la ventana- 
porque ahora que lo tengo después de no haberlo tenido durante tanto tiempo; 
ahora es cuando no me va a quedar más remedio que echarle de menos.




.m

A dos mil y pico kilómetros recorridos en silencio, calcúlales los segundos. De ahí sacas todas las palabras que no te digo, de esas los motivos que no te doy, y de los últimos los abrazos que merezco. O al menos los que necesito.

martes, 25 de marzo de 2014

Definiciones.


Él: Dícese de la ausencia que llena todos los vacíos y cala hasta los huesos. Sujeto en extinción. Lo más parecido a un siempre, y eso, que siempre fue un poco nunca. Intentó volar sin saber planear (y así nos fue). Sabe dejarte en jaque. Se hace saber revolución, nación, utopía. Su risa te hacía reír y esas carcajadas sin aire se quedan grabadas en el tiempo. Es análogo al caos, al desastre. Es recuerdo. Le llaman herida. Es capaz, capaz de traer el frío siberiano tan sólo con cerrar sus párpados, pues ya lo dije, la primavera vive en sus ojos. Agnóstico-sentimental. El primer día del resto de mi vida. Abreviatura de nostalgia. Sonríe diferente. Es música jazz. Lo deja todo a medias. No bebe cerveza, así no se acuerda de su pelo. Odia el ron. Posee lunares capaces de ser puntos cardinales. No entiende de fronteras. Es lo que necesita la poesía. No busquéis sinónimos, pues no los hay.



Yo: Dícese de la persona que tiene todos los huesos rellenos de ausencias. Que siempre le gustó jugar con fuego y así acabó, hecha cenizas. Hace saberse sinestesia. Caótica. Escribe al desastre. Reloca siempre recuerda, como chica busca chico, pero chica nunca encuentra y chico nunca espera. Dícese de quien desespera. Necesita puntos de sutura. Le llaman invierno pues estuvo enamorada del frío. Nostálgica. Cree en un mundo más romántico, más poético, más Cortázar, en la Maga, en la magia. Cree en la distancia si se trata del verbo crear y no creer. Sonreía diferente cuando él estaba. Apoptóticamente sentimental. Suicida, masoca. Su piel estremece, se eriza con música jazz. Rompe (con) las medias, ya sean naranjas o las que se puso el viernes por la noche con ganas de comerse el mundo. Castaña como el café, labios sabor a ron. Esquiva lunares. Se pierde entre fronteras pues ya no tiene puntos cardinales por los que guiarse. No hay poesía para estas musa(raña)s. No busca símiles, ni sinónimos, ni respuestas. 


Nosotros: Dícese de lo que no es. Eso que pasa durante la lluvia, y supongo que eso que conocemos por vida. Todas las cosas que se cuentan en un sofá mientras el otro anda dormido y ni siquiera Morfeo logra entender. Supieron comerse kilómetros, pero eso sí, acabaron bastante empachados. Se mueren entre nuestras risas o entre nuestras sábanas y se conocían la Gran Vía agarrados a la cintura. Son polos opuestos, por ello se atraen como imanes. Aquellos que se fumaron un invierno en caladas desordenadas demasiado rápido. Quienes andaron con frenos rotos, y sin ruedines. Recogían segundos anclados a agujas que se encontraban en pajares y fueron ellos mismos los que acabaron perdidos. Fueron puntos suspensivos desde que ya no acariciaban las mismas playas. Eran los 5 minutos más. Los no me mires así que vamos a acabar creando galaxias en tu espalda. Los no puedo, pero joder, cuanto quiero. Éramos el carpe diem que por cobarde no fue. “Lo nuestro” es algo que no aparece en diccionarios y ni siquiera tú conoces su significado. Quizás, algún día, me atreva a explicar-nos-lo. 


Siempre he dicho que las definiciones limitan. Hoy me limito.

martes, 18 de marzo de 2014

"Mi táctica es mirarte, aprender como eres, quererte como eres. Mi táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras un puente indestructible. Mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé como, ni sé con que pretexto, pero quedarme en ti. Mi táctica es ser franco, y saber que eres franco, y que no nos vendamos simulacros, para que entre los dos no haya telón, ni abismos. Mi estrategia es en cambio más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera, no sé como, ni sé con que pretexto, por fin me necesites.
*Mario Benedetti

sábado, 15 de marzo de 2014

La indiferencia es mi bandera en esta guerra civil que hemos improvisado, entre trincheras de sábanas blancas y acolchados edredones, por suerte más blandos que nuestros desgastados corazones. 
El Ambiguo Régimen gobernaba nuestra relación, bajo una Monarquía Absoluta en la que y tu Despotismo Ilustrado erais protagonistas: "Todo por ti" solías decir, "pero sin mí" agregaba yo.
No hace mucho convoqué Cortes con mi almohada. Noches en vela llenas de gritos desgarrados de mi corazón y mi cabeza, pidiendo libertad. Tras las presiones ejercidas por mi particular militar liberal, Alter Ego, me vi obligada a protagonizar un pronunciamiento frente a tu portal.
No merecías el poder que tenías sobre mi persona. Así hice que abdicaras y una Guerra de Independencia arrasó con mis entrañas. Debía independizarme de tu perfume, de tu media sonrisa, de tus abrazos cuando nos dábamos la espalda para volver cada uno a su hogar.
Por suerte salí prácticamente ilesa. Sólo dos heridas de guerra: una lección en la espalda y una experiencia en la maleta.
Ahora no hay atisbos del que fue tu poder, ni un mísero reflejo que pueda recrearlo.
No tengo más que advertir al que quiera visitar mi nación que las aduanas han levantado un muro. Ahora una República, la mía, es la que manda sobre mi persona.

Love less


Llevo años dándole vueltas a la misma historia
y aún no he logrado descifrarla.
Llevo ya un tiempo intentando entender(te) en la distancia
y no llenarme de ti en cada vacío que deja tu ausencia.
Una y otra vez en esta espiral de llamadas a las cinco de la mañana 

en borracheras en las cuales no recuerdas ni tu nombre. 


Pero, de repente, recuerdas el mío.
En resacas de cafés amargos y olvidos arrepentidos.
Llevo días y décadas aferrándome a un kit de supervivencia
el cual, quizás, no exista.
Noches en las que junto las letras que forman la palabra amor,
y solo me sale tu puto nombre.
Me equivoco cada dos por tres estrellándome contra esa pared
que tú nunca construiste pero lleva recuerdos colgados en forma de (auto)retratos. He dejado miguitas de voz para que encuentres el camino a casa,
tú ven a quererme o a joderme la vida.
Vente a joderme o a quererme la vida.
Que vengas. 




jueves, 13 de marzo de 2014

Decálogo del querer


1. Quien te quiere, o quiere quererte, te acompaña en el dolor; terminarás queriendo a quien, no sintiendo lo que tú sientes  ⎯porque el dolor es unipersonal e intransferible, aunque exista el dolor colectivo⎯, te supo consolar, animar y proteger. 

2. Quien te quiere no te acompaña en la felicidad: es La Felicidad; la de sentirte querido.

3. Quien te quiere te enseña a cocinar, a decir la verdad, a compartir rituales y recuerdos; te enseña lo que sabe: se enseña.

4. Quien te quiere tiene un modo único de hacerlo aunque use las mismas palabras, se confunda entre una multitud y tenga una apariencia similar a otros individuos.

5. Quien te quiere te tiene mucha paciencia aunque a veces salte por los aires; cuando la paciencia vuela, el amor es el peso que la devuelve a la tierra. 

6. Quien te quiere sabe que pesa más lo bueno que lo malo en la balanza del amor.'

7. Quien te quiere está pendiente de ti, te sueña, te busca, te cuida, te atiende, te escucha, te perdona, te da placer, te presta atención: te vive.

8. Quien te quiere te critica para que seas mejor de lo que eres; porque sin la admiración el amor es una falacia, un cuento chino.

9. Quien te quiere está contigo en un presente continuo.

10. Quien te quiere, te quiere porque tú: viceversa. 

martes, 11 de marzo de 2014

Rb.

"Do not fall in love with people like me. I will take you to museums, and parks, and monuments, and kiss you in every beautiful place, so that you can never go back to them without tasting me like blood in your mouth. I will destroy you in the most beautiful way possible. And when I leave you will finally understand why storms are named after people."