sábado, 30 de noviembre de 2013

No me compares.

Siempre he sido radical en mi toma de decisiones, pero es que si no cojo de los tobillos a mi realidad y la sacudo contra algún muro, no me sirve de nada, no me enseña, no aprendo.
Malditas mentiras; malditos mentirosos.
Ahora ya se que las cosas no son siempre lo que parecen. Y que algunas personas son contaminación de la vida.
Malditos mentirosos.
Dejaré de sentirme mal, lo prometo.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Se fue.

En eso se basa el mundo hoy en día; frases a contrarreloj que no dicen nada. ¿Qué hay peor que parlotear sin sentido? En resumidas cuentas, hemos desgastado el mundo, hemos dejado que las palabras se suiciden y con ellas los sentimientos. Ahora más que un "qué somos" es un "qué sentimos" constante; sin respuesta. Y claro, llegados a este punto, ¡malditos sentimientos suicidas! 
Dejaré de sentirme mal, lo prometo.

jueves, 28 de noviembre de 2013

01:33

Manifestemos al unísono nuestro odio por todo, por todos, por mí.
Por esta asquerosa situación, por mi horrible tono de voz y por las sandeces que digo día a día.
Por esta mierda de texto.
Por esta mierda de vida.

Menos mal que nadie me lee. Es comprensible. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Me gusta la luz del mundo a las siete de la mañana. Blanco-azul y gris, como el tono de una película cuando muere el protagonista.
Existen, para cada persona, una serie de palabras que puede destruirles. ¿Quien quiere balas teniendo eso?
Nadie tiene el poder de destruirme, nadie tiene mi frase.
Pero conozco a las personas por el olor. ¿Cómo voy a conocerme a mí misma si tan siquiera sé como huelo? Quiero ir a la discoteca de mi mente, acercarme a mi y decirme: 'Eh nena, quiero conocerte.'
La música de la discoteca de mi mente estaría bien.
Tal vez aguantara en una discoteca por fin.
Tal vez me caería mal a mi misma.
Tal vez tuviéramos yo y yo esa conversación que busco.
Tal vez nada de esto tenga sentido, porque son las siete de la mañana y la protagonista de mi película hasta ahora ha muerto.
Y estoy confusa. Confusa. Confusa. No es cierto, pero 'confusa' es un palabra preciosa. Confusa. Confusa. Nombre de constelación.



Autocrítica 2.0

- Lo que quiero es que siga pensando en mi. Que me piense, que me sufra. Que yo le duela tanto como el daño que él me hizo...

- ¿Y qué conseguirás con eso? Sabes perfectamente como eres, si él lo pasa mal, tu lo pasarás peor por verlo así.

- Solo quiero que tenga que venir a pedirme perdón de lo mal que se sienta. Y que yo le perdone, para así dejarle claro que no soy como él dijo, que soy su arrepentimiento. Que me llore, que se apene por perderme, por perderse.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Hacia rutas salvajes.

+Es curioso que las cosas pasen justo en determinados momentos, quiero a esa mujer desde hace un montón de años chaval, pero tuvo un pasado muy duro. Hemos intentado abordar el tema con mucha calma, pero cuando te encontramos ayer ese tema volvió a surgir. ¿Sabes a qué me refiero? 
-Creo que si 
+¿Qué crees que es? 
-Bueno, hay personas que creen que no merecen amor, se suelen dirigir hacia espacios vacíos e intentan cerrar las brechas del pasado.


>> Lo importante en la vida no es ser fuerte, si no… sentirse fuerte… hallarte por lo menos una vez en el estado mas primitivo del ser humano, enfrentarte solo a la piedra ciega y sorda, sin nada que te ayude, salvo las manos y la cabeza.

lunes, 11 de noviembre de 2013

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.
Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: “que calor hace”, “dame agua”, “¿sabes manejar?”, “se te hizo de noche”…Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”.)
Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
Jaime Sabines

Glosario científico-sentimental.

La herida.
Zona, habitualmente protegida, que se encuentra vulnerablemente expuesta.
Mil motivos originan su existencia; aunque aquellas que te provocan desde fuera, son más dañinas, que las que tú mismo te causas.
Sangran, para hacer resaltar su presencia, para que no olvides que están ahí.
Sensible a cualquier tacto o mínimo roce.
Posiblemente infectables y empeorables; origen de situaciones aún más insostenibles. 
Graves según la profundidad. 
Incurables en algunas ocasiones.
Irremediable la atención constante y el cuidado.

Los puntos.
Hilo y aguja; única solución ante heridas abiertas.
Duelen y no tienen buena apariencia.
Los aceptamos como último recurso, pero lo recibimos como cuerpo extraño del cual, en cualquiera de los casos, nos queremos deshacer lo antes posible.
Asusta pensar que una aguja va a entrar y salir sin avisar en un lugar -aleatorio- afectado y dolorido de nuestro cuerpo.
Aun así ¿qué remedio? si una vez abierta la herida, esta no piensa dejar de sangrar y doler hasta que tú decidas clausurarla.
Se tapan; por si acaso deciden desaparecer o para que no puedan ser vistos. 
Pero no hay otra manera; puntos.

La cicatriz.
Resultado satisfactorio en según qué momentos.
Significa que la herida está en la última fase de la recuperación.
Recordatorio constante de un pasado inolvidable.
Perpetua; imborrable. 
Se difumina despacio con el paso del tiempo; tanto que hasta quizás consigas ignorar su existencia, hasta que un día cualquiera, explorándote, te la encuentras y de nuevo la recuerdas.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Las cosas que no nos dijimos.

-¿Sabes?, tiene gracia, todos encontramos buenas excusas para no permitirnos amar, por miedo a sufrir, por miedo a que un día nos abandonen. Y, sin embargo, cuánto amamos la vida, pese a saber que algún día nos abandonará.
-No digas eso...
-Deja de proyectarte en el futuro. No hay platos rotos que reparar. Sólo hay cosas que vivir, y nunca ocurre como uno había previsto. Pero lo que puedo decirte es que la vida pasa a una velocidad de vértigo. ¿Qué haces aquí conmigo en esta habitación? Vete, ve a caminar tras los pasos de tus recuerdos. Querías hacer balance, así que vete, vete corriendo. Hace veinte años estabas aquí, ve a recuperar esos años mientras aún estás a tiempo... él está en la misma ciudad que tú esta noche, ¿qué importa que lo veas o no? Respiráis el mismo aire. Sabes que está aquí, más cerca de ti de lo que lo estará nunca. Sal, párate bajo cada ventana iluminada, levanta la cabeza, pregúntate qué sientes cuando creas reconocer su silueta tras una cortina; y si piensas que es él, grita su nombre.
Serás la última calada; 
esa de sabor amargo.
La misma que te produce ansia de más. 
El último aliento sin aire; 
el humo contaminante. 
La delicadeza entre mis dedos.
La necesidad en cualquier momento. 
La fragilidad que descompone.
El origen de la enfermedad; 
la cura a todo lo demás. 
La adicción legal pero igualmente perjudicial. 
La respiración sostenida; 
el ardor en los pulmones, 
la garganta seca. 
El fuego presente que nunca quema.
El placer en pequeñas dosis. 
La vida en unos minutos.
La muerte tardía.