martes, 26 de abril de 2016

Ya lo entendí, que no eres para mi


Nunca me sentí tan solo como cuando ayer de pronto lo entendí mientras callaba, la vida me dijo a gritos que nunca te tuve y nunca te perdí 

domingo, 17 de abril de 2016


Acabo de verle las manías al viento. Se ha cruzado justo entre tus palabras y tus miedo, ahí en medio. Y ya lo he captado; mi caos no podría ser tu punto de apoyo, y lo entiendo.
Ya tienes puntos cardinales, los he visto de lejos y parecen casi inequívocos, con un halo de perfección áurea y destellos de ojos claros. 
Qué mentirosa la duda que te ha hecho mirar a mi lado y me ha dado incertidumbre y al final lo entiendo, de verdad; 

¿Quien quiere vorágine pudiendo tener escampada?
Tontas ilusiones, tonta de mi.

Sus movimientos son casi la culminación de todo lo que puede ser la excelencia. Hasta su letra es mas legible y ordenada que la mía. Ni un punto de sutura en las verdades. 
Y lo entiendo, de verdad, lo entiendo.
Yo tan descolgada de la vida, tan cerca de la nada, tan ojos azabache; la apoptosis sentimental personificada con cicatrices por doquier.
He entendido tu silencio y he captado la analogía de tus decisiones; qué simple todo cuando nos empapamos de realidad.



Por cierto, te han llorado hasta los domingos.

domingo, 10 de abril de 2016

Eres armonía.
Porque como una melodía te me has colado en las grietas.
Calma.. y me siento desorientada, con la mente embarullada en liana de lamentos y desquicio.
Has llegado susurrando rimas.
Poemarios que destrozan y desamparan. No contabas con que ya estaba en ruinas y que eso de estar sola es un imperativo en mis constantes. Que entiendo, que si, que no es más que nada, ni menos que todo. 
A veces es mejor lo malo por conocer que lo bueno conocido, créeme.
Ni promesas ni deseos, lo sé, pero esto del cuchillo con doble hoja iba a dejar señal por algún lado.




No te he llorado un río, pero un par de arroyos sí.