Me gusta tu dedo anular. Si, justo ese, el de la mano izquierda.
Me encanta.
Es poesía cuando lo paseas por cualquier artilugio, de esos que sueles llevar siempre a mano. Cuando lo colocas delicadamente en cualquier mesa, sobre tu brazo, o mi mejilla.
Lo adoro. Adoro cuando lo vistes con ese anillo plateado que siempre llevas.
¡Es la delicadeza y la fuerza personificada en un dedo! ¡Bendita locura de anular!
Y ojalá supiese que mas que anular, aporta vida a ese manejo de pulgadas, a ese vaivén constante por la vida. Que me he dado a la locura por verte balancearlos.
Es tortura cuando lo escondes en tus bolsillo; deja que respire; y a mi por favor.
Amo cuando arañas un cachito de mi corazón con él y después lo apartas como si nada. Maldita tortura. Si supieras que daría lo que sea porque me apretujasen las entrañas, porque de una vez por todas decidieses regalarme sus caricias.
Bendita locura de anular..