domingo, 14 de junio de 2015

Esto es así: el amor se siente o no se siente. Y hay que aprender a reconocer cuándo lo sientes sólo tú, y no la otra persona. Hay que aprender a perder e irse con la música a otra parte. ¿Pero qué pasa cuándo los capítulos de una historia siempre tienen un final abierto? ¿Qué pasa cuando la ceguera te hace quedarte sólo con las migajas positivas de un amor de vertedero? Pues que acabas enganchada a un "y si...?" eterno. Acabas rogándole al destino y a todos los santos del santoral que le abran los ojos y vea esa luz divina que logre hacerte visible, que logre que te quiera, de querer querer, y no de querer a ratos.

lunes, 8 de junio de 2015

Dice Paracelso, solo la dosis hace el veneno.



Está cerrado a cal y canto 
sólo canciones tristes
No tengo voz para dejar de llamarte
Sopla el viento 
y se me ve lo tupido de las entrañas
Dejas una migaja dentro
de la manga en la que tendría que estar el as
de perder la última mano de tus cartas
me molesta como si fueras 
la etiqueta de mi camiseta favorita 
rozándome la piel
la corto y se descose la costura de la sonrisa
Desapareces mientras estoy en mis cosas
que ya sin más remedio que el que no tengo
son solo mías
Me encuentro como x perdida 
marcando la suposición rotunda de un puede ser
desubicada desde que no vive 
encima de un usted está aquí.