y algo de alcohol del malo.
Solo quiero algo maleable, algo que quepa en el bolsillo y con lo que poder matar el tiempo que nos toca estar aquí; yo no te pido que me enseñes a volar, nada, así que no lo enredes.
Hazlo vacío y sencillo, sin complicaciones, un vaso, dos cigarros, hola y adiós, rápido. Ya nadie contrata al señor amor, ahora son contratos temporales, menos coberturas, pero el precio a pagar en la factura del final de día es mucho más barato y ofrecen una total y completa disponibilidad, un chollo. Así que olvídate de tus largos paseos por mi espalda, no quiero romperme más huesos en causas perdidas.
No mas rayos ni truenos, ni preguntas al viento, solo rentables contratos físicos sin clausulas emocionales. Esto es la vida que hemos conseguido, la que nos han ayudado a construir.