El cielo no tiene por qué ser azul, ni la pradera verde, ni la luna blanca y llena cual enorme perla, ni tú estar lejos de mí, ni que todo lo que sea oro brille, ni el gato negro o el dragón rojo...
Porque yo vi cielos verdes cargados de esperanza, praderas rojo pasión, lunas azules en medio de la amarilla noche, a ti cerca de mi, oro escondido tras la hipocresía, gatos morados e incluso dragones cenando un kebab.
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