domingo, 31 de enero de 2016

domingo, 24 de enero de 2016

sábado, 9 de enero de 2016

Sí, estoy enamorada del concepto del amor. De eso que me cuentan en las películas. De eso que veo, que se que no es cierto pero anhelo que lo sea, que por un tiempo se vuelva realidad. Y no sabes lo frustrante que es saber que jamás será así, que no hay imperfecciones bonitas, ni discusiones con soluciones rápidas y placenteras. Ni finales felices comiendo perdices. Será que eso de ser vegano ha calado fuerte hoy en día. 

Malditos ilusionistas.

Será que siempre pido que las películas y novelas sean mas realistas, que somos independientes, que no queremos príncipes desteñidos, que no nos cuenten cuentos. 

Pero, que bonito y deseado es ese concepto de que nos salven; de algún modo


"Nuestras huellas dactilares no se borran de las vidas que tocamos..."

domingo, 3 de enero de 2016


Cuando todo era complicado. Cuando medía mis palabras. Mis sentimientos.
Cuando te agobiaba con mis palabras. Cuando me herías con tus silencios.
Cuando no quería que nada saliera mal. Cuando me conformaba. Cuando te permitía.
Cuando quería ser parte de ti. Ser parte de tus planes.
Cuando tú eras el sol.
Cuando creía que tú tenías razón, que tú elegías mejor.
Cuando te me dije que no te volvería a perdonar.
Cuando no quería no verte.
Cuando deseaba que ya no dolieras.
Cuando quería que cambiaras, que despertaras. Que te dieras cuenta de que yo era todo lo que querías. Lo que siempre habías querido. Lo que siempre querrás.
Cuando pretendía que todo volviera a empezar. Que ya no fuéramos tú y yo. Que fuéramos nosotros en un lugar diferente.
Cuando tus deudas crecían y yo no te las cobraba. Cuando pensaba que con uno de los dos bastaba. Cuando sólo estaba yo. Cuando nunca estabas por mí. Cuando no importaba el presente, sólo el futuro. Cuando esperaba. Cuando creía.
Cuando morí, para luego renacer.

Después de todo. Después de nada.
Después de meses sin hablar. Sin saber de ti. Ni tú de mí.
Después de evaporarme.
 Ahora has vuelto a aparecer.
Me buscas. Me reclamas. Me insistes.
Me dices que estás harto de esta situación. Que llevo demasiado tiempo así. Que me echas de menos.
Que soy la primera y la única a la que despiertas.
Que te da pena no escuchar mi voz al despertar. Que tenías un antojo. Y que no, que no pasa nada si no quiero llamarte.
Que quieres volver a verme. Quedar conmigo. Abrazarme.
Que por teléfono no te sirve, que quieres tenerme cerca.
Me lo prometes.
Que yo siempre sé lo que necesitas. Que nunca podrías alejarte de mí porque siempre te he cuidado, te he mimado y he tenido detalles que nadie ha tenido contigo. Que te entiendo y te ayudo sin esperar nada a cambio. Y porque siempre consigo alegrarte en cualquier situación.
Que soy demasiado importante para ti como para ni siquiera plantearte que no esté. Que dices que me quieres, y que me quieres de verdad.
Que te emocionas sólo de pensarlo.
Y yo, por ver si el mundo se ha vuelto loco, si ha dado la vuelta, voy.  Y te encuentro midiendo tus palabras, midiendo tus acciones, intentando no acercarte demasiado. Haciendo como si nada hubiera pasado. Callándote que después has quedado con otra. Por si acaso.
Por si sigo igual de colgada. Por si me confundo. Por si me vuelvo a ir.
Pero a la vez sin irte, sin soltarme. Todo a tu medida.
Como siempre. Como antes.
Que sólo quieres que te quieran y sólo quieres porque te quieren. Que sigues sin dar, y demandas recibir. Que buscas amor en dosis. Que quieres que te cuide mientras te tiras a otras. Que lo quieres todo, sin querer nada.
Que tus palabras no sirven de nada. No valen nada. Se las lleva el viento. Y me recuerdo que el movimiento se hace andando. Que no sirve de nada endulzar tus palabras, calentarme los oídos si con actos no lo demuestras. Que es de ser muy egoísta utilizar la llave que sabes que abre mi puerta sólo para aprovecharte de mí y de ser muy tonto si piensas que no he aprendido. Y que no, no nos engañemos, los capullos no regalan flores.
Que no merece la pena dedicarte ni una frase más.
Que te puedes ir un poquito a la mierda.
Y yo más me río. Más me voy. Más me alejo.
Y tú más no dueles. Más no existes. Más no vuelves.