lunes, 27 de enero de 2014

.aicnatsid


Dices que lo mejor es la distancia, que un mar es suficiente y que dar la vuelta al mundo por alguien no merece la pena. Quizá el mundo deba darse la vuelta para que nos encontremos de nuevo. Pero ya está girando. El plato del microondas sigue dando vueltas como la vida. Qué hay de toda esa tristeza que sobrevive en el fondo del café y en las ventanillas de los trenes. En los bancos de los aeropuertos. Esa que se instala en el fondo del estómago y no te deja respirar, las putas despedidas que nos arrancan el corazón a pedazos. Dices que no rompa más platos, qué culpa tienen ellos de que no hayamos ganado nuestra guerra. Digo que por fin ha llegado la paz. La distancia. Nadie habla de las cicatrices y de los heridos. Dices que la vida llegará y arrasará con todo y a veces hay que tomar decisiones, que la felicidad está en los tejados y debo observarlos uno a uno. Que llegará la paz, se instalará en mi regazo y aprenderé a vivir de nuevo.

Y yo no digo nada, solo te miro y pienso en aeropuertos. En que el vértigo también es despedirme de tu mirada para siempre, que la paz para el que la quiera, yo siempre preferí esa guerra cuerpo a cuerpo contigo. Que esta ciudad es increíble solo porque tú estás en ella, y que si he de irme, lo haré, pero no me pidas que deje de llover.


"Es como contemplar París desde el vagón de cola de un expreso que marcha en dirección contraria: a cada instante la ciudad se hace más y más pequeña, sólo que es uno quien se siente cada vez más y más pequeño y más y más solitario, alejándose a toda velocidad de aquellas luces y de aquella agitación, alejándose a cerca de un millón de kilómetros por hora." 

miércoles, 22 de enero de 2014

Clementine.

Qué será de nosotros cuando nos hayamos olvidado. Cuando ya no quede ni un ápice de recuerdo. Cuando la delgada linea que separa la dependencia de la indiferencia, sea tan gruesa que ya no tengamos fuerzas para poder cruzarla. Cuando el aire ya no nos obligue a darnos cuenta de que nos perdimos en algún momento de ese destino que hemos dado por muerto.

Qué será de nosotros cuando la distancia entre nuestra existencia sea más extensa que la distancia entre ambos polos. Cuando ya no queden razones para hacernos los sordos cuando oímos hablar del otro. Cuando las madrugadas ya estén acostumbradas a la ausencia de nuestro intercambio de palabras. Cuando las ganas que agotamos ya se hayan cansado y decidido no esperarnos más.

Qué será de nosotros cuando las pisadas que hemos dejado desaparezcan sin dejar rastro, abandonando el camino que recorrimos hasta darnos por vencidos. Cuando las caricias de otras manos consigan calentarnos como nosotros con las nuestras una vez hicimos. Cuando el miedo a amar de nuevo huya de tanto frío y la necesidad de llenar vacíos alce el vuelo. Cuando ya no nos giremos al creer habernos visto paseando por cualquier calle al azar, aun siendo conscientes de la imposibilidad de ese encuentro.

Qué será de nosotros cuando las canciones dejen de hacernos recordarnos. Al igual que los paisajes. Al igual que los viajes. Al igual que los planes. Al igual que las calles. Al igual que las ciudades. Al igual que cualquier vulgar historia de amor con triste final. Qué será entonces de nosotros.

Qué será de nosotros cuando ya no me queden palabras para describirte, para escribirte, para decirte, para renombrarte, para perdonarte, para regresarte. Cuando ya no sepa qué tecla del teclado debo pulsar. Cuando no sienta la exigencia de evocarte mediante tinta con impaciencia. Cuando deje de imponerme la dulce y ardua tarea de follarme cada folio virgen mientras grito tu nombre. Cuando faltes en mi conciencia, cuando ya no emerjas en mi inconsciencia.

Qué será de nosotros cuando ya no quede ni una sola manera de hacer mella en la vida del otro.
Qué será de nosotros.
Y qué será de mí.

viernes, 17 de enero de 2014

Autocrítica 4.0


- Yo cuando salgo con alguien por primera vez, lo primero que hago es enumerarle todas las razones por las que seguramente me va a dejar. Prefiero el fracaso prematuro, decepciono de antemano, ahorro tiempo y reproches.

 -A ver, tengamos nuestra primera cita. Defenéstrese. Dese con un palo. Decepcióneme a lo grande y no sea tímida.


- ¿Quiere que le dé los motivos para no enamorarse de mí?


- ¿Por qué no?


- No soy perfecta


- Eso ya me inspira bastante confianza.


- Tengo cierto sentido trágico de la existencia, que siempre me hace pensar lo peor de todo en cualquier situación.


- A ver. Si usted tuviera que poner un puntaje del 1 al 10, ¿ qué se pondría?.


- ¿Un 6? 


- ¿Usted nunca pensó que los motivos para espantar a los hombres, también podrían llegar a ser las razones para enamorarse de usted? Todas la ideas son reversibles, piénselas al revés. De la vuelta.



sábado, 11 de enero de 2014

Lo es.

Lo siento, no siempre es suficiente, quizás porque se utiliza muchas veces, como arma, como excusa. Pero cuando lo sentimos y lo utilizamos como es debido, cuando lo pensamos… cuando nuestras acciones dicen más que las palabras… cuando lo hacemos bien, lo siento es perfecto.


viernes, 3 de enero de 2014

*

Despierto, bailo, sueño, canto, lluevo, grito, preparo, enciendo, apago, me quemo, subo, rompo, entrego, bajo, escalo, caigo, ensucio, arreglo, sonrío, tropiezo, duermo , río, golpeo, beso, hablo, me enfrío, callo, escucho, pienso. Y silencio.

Salgo, corro, te busco, te encuentro. Me abrazas.

Y entonces, sí.

Lloro. 


jueves, 2 de enero de 2014

"¨º

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».